En la clínica se usa habitualmente la magnitud volumen/minuto para determinar el funcionamiento del corazón. Esa magnitud es lo que en biofísica denominamos caudal. Para una persona en reposo tiene un valor entre 4 y 5 litros por minuto. Durante el trabajo corporal intenso se cuadruplica, llegando a los 20 litros por minuto. Pero en contextos de máxima exigencia y por breves lapsos puede alcanzar los 30 litros/minuto.
El trabajo mecánico del corazón se fracciona en dos: presión-volumen y aceleración. En una sístole típica de reposo de aproximadamente 1 Joule, la aceleración es sólo un 1% del trabajo total. Pero durante esfuerzos significativos llega a los 4 o 5 joules alcanza el 25 %.
