Los logaritmos son una herramienta para hacer de forma más eficiente las multiplicaciones, las divisiones y la extracción de radicales cuando tenemos números muy grandes o números con muchos decimales.

El logaritmo transforma un producto en una suma, un cociente en una resta, una potencia en una multiplicación sencilla y una raíz en una división sencilla.

Podemos utilizar logaritmos para comparar cosas extremadamente grandes con cosas extremadamente pequeñas, en fórmulas de interés compuesto en las que los exponentes aparecen de manera habitual, al hablar de pH, para la intensidad de los terremotos en la escala Richter, si hablamos del brillo de las estrellas o la intensidad del sonido, entre otras muchas aplicaciones.